La Política Espacial y el Desarrollo de México


El estudio del cielo tiene una larga tradición a lo largo de la historia de México. Desde la época prehispánica, hasta mediados del siglo XX, se crearon observatorios que ayudaron a conocer los movimientos y los ciclos de los objetos cósmicos. Durante la segunda mitad de dicho siglo surgen los proyectos espaciales en México, que llevaron al diseño de cohetes y sistemas de comunicación, lo que ha contribuido a dar un nuevo matiz a nuestro conocimiento del
Universo, ya que no sólo deseamos observarlo sino también alcanzarlo y aprovecharlo.

La historia del desarrollo espacial mexicano se entrelaza, como en otros países, con el desarrollo de la aeronáutica. Es así como los progresos en la aviación desencadenaron avances que permitieron que en 1949 se formara un grupo de técnicos mexicanos que inició estudios sobre cohetería. Nuestra nación dio su primer paso en las actividades propiamente espaciales con el lanzamiento de cohetes para la exploración de la alta atmósfera en 1957 y, posteriormente, en 1960, con la instalación y operación de la estación terrena de Guaymas, Sonora.

La creación de la Comisión Nacional del Espacio Exterior (CONEE) en 1962, permitió la realización de importantes trabajos en cohetería y telecomunicaciones. Esta labor condujo a la formación de cuadros especializados e infraestructura física, insertando al país en las actividades que se estaban desarrollando de manera incipiente en el mundo. Los avances alcanzados fueron numerosos, pero la actividad quedó interrumpida con la disolución de la CONEE en 1977. Un segundo esfuerzo nacional en el ámbito espacial fue la creación del Instituto Mexicano de Comunicaciones en 1987, que coordinó el diseño y puesta en operación de satélites, pero corrió la misma suerte de la CONEE y fue disuelto en 1996.

Desde entonces a la fecha, se han llevado a cabo desarrollos aeroespaciales puntuales, por iniciativa de instituciones de educación superior como la Universidad Nacional Autónoma de
México, el Instituto Politécnico Nacional, los centros CONACyT y la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, con la colaboración de varios grupos internacionales. Por otro lado, la actividad en telecomunicaciones ha sido mantenida e impulsada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con la participación de algunas empresas.

Estos esfuerzos y aportaciones al desarrollo aeroespacial nacional, promovidos por instituciones públicas y privadas, permiten que hoy cristalice el anhelo acariciado por varias generaciones de mexicanos; la creación de la Agencia Espacial Mexicana, con el Decreto de Ley publicado el 30 de julio de 2010 en el Diario Oficial de la Federación.

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