Historia de los Satélites Mexicanos
En 1968, México entró a la era satelital, y millones de televidentes presenciaron las Olimpiadas que se celebraban en nuestro país. Lo anterior, fue posible a través del satélite ATS-3 -propiedad de la NASA y rentado por INTELSAT (organismo público internacional del que México es miembro) y los entonces responsables de las telecomunicaciones en el territorio nacional: la Red Federal de Microondas, la Estación Terrestre para Comunicaciones Espaciales de Tulancingo (que sigue funcionando para enlaces con Europa) y la Torre Central de Telecomunicaciones de la Ciudad de México.
Sistema Morelos
En octubre de 1982, con el fin de unificar las zonas rurales y urbanas de la nación -y como respaldo a la Red Federal de Microondas, la cual ya operaba a su máxima capacidad-, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, tomó la decisión de adquirir su primer sistema de satélites: el Sistema Morelos, constituido por los satélites Morelos 1 y 2 y el centro de control satelital ubicado en Iztapalapa, D.F. El costo del sistema Morelos fue de 92 millones de dólares.
El primero de estos satélites fue colocado en órbita en junio de 1985, por el transbordador Discovery de la NASA. En noviembre del mismo año fue lanzado el Morelos 2. Este es recordado porque en el transbordador Atlantis, que lo puso en órbita, viajó como miembro de la tripulación el doctor Rodolfo Neri Vela, primer mexicano en el espacio.
En ambos casos, se trataba de un satélite modelo HS 376, que era el más comercial de la época, con una forma cilíndrica, una longitud de 6.62 m (desplegado) y un peso de 645.5 kilogramos en órbita geoestacionaria.
Pero, ¿por qué se ordenaron dos? Simplemente, por seguridad y respaldo, para garantizar el servicio. Aun cuando los satélites se diseñan, integran y prueban para soportar el riguroso ambiente espacial y el del lanzamiento, siempre existe un riesgo, aunque muy pequeño. Dada la necesidad de comunicación y los altos costos de inversión, es necesario asegurar el éxito de los programas satelitales.
Basta saber que para poder escapar de la gravedad terrestre y desplazar un peso de más de 500 toneladas de un vehículo lanzador actual, de las cuales el 90% corresponde a combustible, 9% a la estructura y componentes y el 1% a la carga útil, los cohetes deben alcanzar una velocidad mínima cercana a los 10.5 km/s, lo cual significa un riesgo para la operatividad (buen funcionamiento) de los satélites.
Adicionalmente, los satélites en órbita, soportan temperaturas extremas (que oscilan entre -200º C y 180º C) y su órbita es perturbada entre otras cosas por la presión de radiación solar. Así mismo, siempre están expuestos a impactos de micro partículas que están viajando a alta velocidad (micrometeoritos).
El satélite Morelos 2 tenía una vida de diseño de nueve años, o sea, hasta 1994; sin embargo, gracias a una estrategia de minimizar las correcciones de su órbita, se logró alargar su vida útil hasta el año 2004.
En Junio de 2004 con lo último que le quedaba de combustible, el Morelos 2 fue sacado de la orbita geoestacionaria y enviado a una orbita de desecho donde recibió comandos para apagar todos sus sistemas y quedar de esta manera completamente desactivado.
Al quedar en desuso, los satélites de Satmex que son geoestacionarios y operan en una órbita alta (36 000 km de altura) son alejados un poco de ésta, a fin de que su posición orbital quede liberada y pueda ser ocupada por el nuevo satélite.
Cabe señalar que también existen satélites que están en órbitas bajas (1 000 km o menos). Éstos se eliminan al ser empujados hacia la Tierra, donde se desintegran por la fricción con la atmósfera, en un procedimiento controlado, de tal manera que si hubiera trozos de material, éstos caerían en zonas donde no representen riesgo a personas o propiedades.
Y hablando de posiciones en la órbita geoestacionaria, es importante mencionar que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) es quien las administra a nivel mundial. Los derechos para obtener dichas posiciones orbitales no tienen un costo. Sólo se pide al solicitante que compruebe que el satélite para el cual gestiona la órbita ya esté en construcción. México cuenta con las posiciones orbitales 113, 114.9 y 116.8, para servicios fijos por satélite. México también ha solicitado a la UIT otras posiciones orbitales para servicios fijos y otras de radiodifusión Directa (DBS).
Los satélites del Sistema Morelos brindaron servicios de comunicaciones de televisión, telefonía y datos hacia y desde cualquier punto de la República Mexicana. Cada uno tenía una capacidad de manejar el equivalente a 36 canales de televisión, con cerca de 1 300 Mhz de ancho de banda utilizable.
Sistema Solidaridad
La demanda de usuarios privados mexicanos siguió creciendo, básicamente para aplicaciones de redes corporativas de voz y datos, motivo por el cual el gobierno mexicano adquirió la segunda generación de satélites: los Solidaridad 1 y 2. El nombre de estos satélites era indicativo de la forma en que las telecomunicaciones por satélite podrían lograr la unificación de zonas urbanas y lugares remotos entre sí y con el resto del mundo.
Por medio de un cohete Ariane se lanzó el Solidaridad 1, en noviembre de 1993, pero para agosto del 2000, antes de cumplir con su vida de diseño, dejó de operar por fallas eléctricas; siendo un satélite de comunicación, sus problemas tuvieron un gran impacto en las comunicaciones de nuestro país. Sus usuarios fueron transferidos al Solidaridad 2 (que había sido lanzado en octubre de 1994) y Satmex 5.
Los satélites del Sistema Solidaridad también fueron construidos por la empresa Hughes Aircraft Company (actualmente Boeing), y costaron mas de 300 millones de dólares (incluyendo servicios de lanzamiento, adecuación al centro de control de Iztapalapa, un nuevo centro de control en Hermosillo, y seguros), un precio elevado, pero que se justifica, pues debido a que un satélite no puede ser reparado desde la Tierra, se le instalan piezas electrónicas de reserva para suplantarlas en caso de avería. Por otro lado, se le garantiza energía suficiente con una batería hasta estar en la posición adecuada en órbita y, de esta manera, poder recibir los comandos terrestres que lo controlen.
Pese a todas estas precauciones y al costo, México protegió esta inversión asegurándolos en una cifra considerable, que cubriera cualquier percance.
El sector académico en nuestro país también intervino en esta carrera espacial, y en 1995 y 1996 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lanzó dos satélites UNAMSAT de órbita polar LEO, ambos con fines experimentales.
Sistema Satmex
Años más tarde, en 1997, el sistema satelital mexicano que incluía los satélites Morelos 2, Solidaridad 1 y 2 y Satmex 5 en construcción, así como los centros de control de Iztapalapa y Hermosillo, se privatizó, constituyéndose la empresa Satélites Mexicanos (SATMEX), con la participación mayoritaria de telefónica Autrey y Loral Space and Communications, y una parte minoritaria del gobierno mexicano. Desde entonces, SATMEX se encarga de su operación y administración.
En Diciembre de 1998, se puso en órbita el SATMEX 5, con una potencia eléctrica generada por los paneles solares 10 veces superior a la de los Morelos y tres veces mayor a la de los Solidaridad.
Sus huellas -es decir, las zonas geográficas cubiertas- difieren, dependiendo de cualquiera de las opciones de banda que ofrece.
El SATMEX 6 (con 50.0% más potencia que el SATMEX 5 y mayor ancho de banda) fue puesto en órbita el 27 de Mayo del 2006 mediante un cohete ARIANE 5, y llevado hasta su posición geoestacionaria de 113° longitud Oeste que dejó libre el Solidaridad 2, mismo que fue reubicado a la posición 114.9° longitud Oeste . El costo de este satélite fue de 235 millones de dólares. El satélite está diseñado para tener una vida útil de 15 años.
Es el satélite de comunicaciones más grande que ha construido Space Systems Loral (SSL).
Tiene un total de 60 transpondedores de 36 MHz (36 en banda C y 24 en banda Ku) y es el satélite con mejor cobertura en el Continente Americano.
La energía eléctrica generada por los paneles solares es de aproximadamente 12,000 watts (valor referenciado al final de la vida útil del satélite).
Este satélite ocupa la posición orbital 113.0° W.
Por lo que hace a la diversificación de este tipo de servicio, a partir del 2001, el gobierno mexicano abrió sus puertas a operadores extranjeros: PANAMSAT y GE Americom exigiéndoles que cuenten con centros de control de comunicaciones en el territorio Mexicano, a fin de que estén en capacidad de proporcionar una atención oportuna a sus clientes en México.
Con los satélites podemos obtener servicio permanente u ocasional de acceso con una fiabilidad mayor de 99.8%, cifra superior a la estimada para la fibra óptica, para apoyar una serie de aplicaciones, que en el caso de México consisten entre otras en:
Sistema Morelos
En octubre de 1982, con el fin de unificar las zonas rurales y urbanas de la nación -y como respaldo a la Red Federal de Microondas, la cual ya operaba a su máxima capacidad-, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, tomó la decisión de adquirir su primer sistema de satélites: el Sistema Morelos, constituido por los satélites Morelos 1 y 2 y el centro de control satelital ubicado en Iztapalapa, D.F. El costo del sistema Morelos fue de 92 millones de dólares.
El primero de estos satélites fue colocado en órbita en junio de 1985, por el transbordador Discovery de la NASA. En noviembre del mismo año fue lanzado el Morelos 2. Este es recordado porque en el transbordador Atlantis, que lo puso en órbita, viajó como miembro de la tripulación el doctor Rodolfo Neri Vela, primer mexicano en el espacio.
En ambos casos, se trataba de un satélite modelo HS 376, que era el más comercial de la época, con una forma cilíndrica, una longitud de 6.62 m (desplegado) y un peso de 645.5 kilogramos en órbita geoestacionaria.
Pero, ¿por qué se ordenaron dos? Simplemente, por seguridad y respaldo, para garantizar el servicio. Aun cuando los satélites se diseñan, integran y prueban para soportar el riguroso ambiente espacial y el del lanzamiento, siempre existe un riesgo, aunque muy pequeño. Dada la necesidad de comunicación y los altos costos de inversión, es necesario asegurar el éxito de los programas satelitales.
Basta saber que para poder escapar de la gravedad terrestre y desplazar un peso de más de 500 toneladas de un vehículo lanzador actual, de las cuales el 90% corresponde a combustible, 9% a la estructura y componentes y el 1% a la carga útil, los cohetes deben alcanzar una velocidad mínima cercana a los 10.5 km/s, lo cual significa un riesgo para la operatividad (buen funcionamiento) de los satélites.
Adicionalmente, los satélites en órbita, soportan temperaturas extremas (que oscilan entre -200º C y 180º C) y su órbita es perturbada entre otras cosas por la presión de radiación solar. Así mismo, siempre están expuestos a impactos de micro partículas que están viajando a alta velocidad (micrometeoritos).
El satélite Morelos 2 tenía una vida de diseño de nueve años, o sea, hasta 1994; sin embargo, gracias a una estrategia de minimizar las correcciones de su órbita, se logró alargar su vida útil hasta el año 2004.
En Junio de 2004 con lo último que le quedaba de combustible, el Morelos 2 fue sacado de la orbita geoestacionaria y enviado a una orbita de desecho donde recibió comandos para apagar todos sus sistemas y quedar de esta manera completamente desactivado.
Al quedar en desuso, los satélites de Satmex que son geoestacionarios y operan en una órbita alta (36 000 km de altura) son alejados un poco de ésta, a fin de que su posición orbital quede liberada y pueda ser ocupada por el nuevo satélite.
Cabe señalar que también existen satélites que están en órbitas bajas (1 000 km o menos). Éstos se eliminan al ser empujados hacia la Tierra, donde se desintegran por la fricción con la atmósfera, en un procedimiento controlado, de tal manera que si hubiera trozos de material, éstos caerían en zonas donde no representen riesgo a personas o propiedades.
Y hablando de posiciones en la órbita geoestacionaria, es importante mencionar que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) es quien las administra a nivel mundial. Los derechos para obtener dichas posiciones orbitales no tienen un costo. Sólo se pide al solicitante que compruebe que el satélite para el cual gestiona la órbita ya esté en construcción. México cuenta con las posiciones orbitales 113, 114.9 y 116.8, para servicios fijos por satélite. México también ha solicitado a la UIT otras posiciones orbitales para servicios fijos y otras de radiodifusión Directa (DBS).
Los satélites del Sistema Morelos brindaron servicios de comunicaciones de televisión, telefonía y datos hacia y desde cualquier punto de la República Mexicana. Cada uno tenía una capacidad de manejar el equivalente a 36 canales de televisión, con cerca de 1 300 Mhz de ancho de banda utilizable.
Sistema Solidaridad
La demanda de usuarios privados mexicanos siguió creciendo, básicamente para aplicaciones de redes corporativas de voz y datos, motivo por el cual el gobierno mexicano adquirió la segunda generación de satélites: los Solidaridad 1 y 2. El nombre de estos satélites era indicativo de la forma en que las telecomunicaciones por satélite podrían lograr la unificación de zonas urbanas y lugares remotos entre sí y con el resto del mundo.
Por medio de un cohete Ariane se lanzó el Solidaridad 1, en noviembre de 1993, pero para agosto del 2000, antes de cumplir con su vida de diseño, dejó de operar por fallas eléctricas; siendo un satélite de comunicación, sus problemas tuvieron un gran impacto en las comunicaciones de nuestro país. Sus usuarios fueron transferidos al Solidaridad 2 (que había sido lanzado en octubre de 1994) y Satmex 5.
Los satélites del Sistema Solidaridad también fueron construidos por la empresa Hughes Aircraft Company (actualmente Boeing), y costaron mas de 300 millones de dólares (incluyendo servicios de lanzamiento, adecuación al centro de control de Iztapalapa, un nuevo centro de control en Hermosillo, y seguros), un precio elevado, pero que se justifica, pues debido a que un satélite no puede ser reparado desde la Tierra, se le instalan piezas electrónicas de reserva para suplantarlas en caso de avería. Por otro lado, se le garantiza energía suficiente con una batería hasta estar en la posición adecuada en órbita y, de esta manera, poder recibir los comandos terrestres que lo controlen.
Pese a todas estas precauciones y al costo, México protegió esta inversión asegurándolos en una cifra considerable, que cubriera cualquier percance.
El sector académico en nuestro país también intervino en esta carrera espacial, y en 1995 y 1996 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lanzó dos satélites UNAMSAT de órbita polar LEO, ambos con fines experimentales.
Sistema Satmex
Años más tarde, en 1997, el sistema satelital mexicano que incluía los satélites Morelos 2, Solidaridad 1 y 2 y Satmex 5 en construcción, así como los centros de control de Iztapalapa y Hermosillo, se privatizó, constituyéndose la empresa Satélites Mexicanos (SATMEX), con la participación mayoritaria de telefónica Autrey y Loral Space and Communications, y una parte minoritaria del gobierno mexicano. Desde entonces, SATMEX se encarga de su operación y administración.
En Diciembre de 1998, se puso en órbita el SATMEX 5, con una potencia eléctrica generada por los paneles solares 10 veces superior a la de los Morelos y tres veces mayor a la de los Solidaridad.
Sus huellas -es decir, las zonas geográficas cubiertas- difieren, dependiendo de cualquiera de las opciones de banda que ofrece.
El SATMEX 6 (con 50.0% más potencia que el SATMEX 5 y mayor ancho de banda) fue puesto en órbita el 27 de Mayo del 2006 mediante un cohete ARIANE 5, y llevado hasta su posición geoestacionaria de 113° longitud Oeste que dejó libre el Solidaridad 2, mismo que fue reubicado a la posición 114.9° longitud Oeste . El costo de este satélite fue de 235 millones de dólares. El satélite está diseñado para tener una vida útil de 15 años.
Es el satélite de comunicaciones más grande que ha construido Space Systems Loral (SSL).
Tiene un total de 60 transpondedores de 36 MHz (36 en banda C y 24 en banda Ku) y es el satélite con mejor cobertura en el Continente Americano.
La energía eléctrica generada por los paneles solares es de aproximadamente 12,000 watts (valor referenciado al final de la vida útil del satélite).
Este satélite ocupa la posición orbital 113.0° W.
Por lo que hace a la diversificación de este tipo de servicio, a partir del 2001, el gobierno mexicano abrió sus puertas a operadores extranjeros: PANAMSAT y GE Americom exigiéndoles que cuenten con centros de control de comunicaciones en el territorio Mexicano, a fin de que estén en capacidad de proporcionar una atención oportuna a sus clientes en México.
Con los satélites podemos obtener servicio permanente u ocasional de acceso con una fiabilidad mayor de 99.8%, cifra superior a la estimada para la fibra óptica, para apoyar una serie de aplicaciones, que en el caso de México consisten entre otras en:
1.- Conexión a internet.
2.- Telefonía rural y de larga distancia. El mejor aliado para enlazar localidades aisladas.
3.- Televisión y radio.
4.- Educacion a distancia. La Universidad Virtual del ITESM o la telesecundaria de la Red Edusat, por mencionar algunos.
5.- Redes empresariales y videoconferencia. Por ejemplo, en cajeros automáticos o redes corporativas.
6.- Telemedicina, primer programa de salud pública del mundo, producido por el ISSSTE.
7.- En el caso de los Satélites controlados por SATMEX, las operaciones de rastreo, telemetría y mando se llevan a cabo desde el Centro de Control Iztapalapa, México, y desde el de Control Alterno de Hermosillo, Sonora.
Dr. Dionisio M. Tun Molinadionisio.tun@satmex.com Director Ejecutivo de Ingeniería y Operación Satelital Ing. Pier Beaujean pier.beaujean@satmex.com Gerente de Control Satelital Satélites Mexicanos S.A. de C.V. Noviembre, 2006.
Muy bien y gracias por la informacion al Doctor. Seria bueno que la acualizaran para saber como va el desarrollo de los satelites.
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarMexico en el espacio
ResponderEliminarLa adquisicion de los sistemas satelitales por parte de gobierno mexicano fue una respuesta a que
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